La vida diaria, junto con sus ilusiones y desilusiones, son motivo de reflexión y pretexto para la creación; la ciudad, forma parte no solo de ese espacio físico en el cual nos desarrollamos, sino además delimita nuestro espacio mental. Una historia de amor, el mismo recorrido diario por una ciudad silenciosa, desabitada y fría, la cual se acorta por una sencilla llamada.
Un minuto basta para contar una historia de algo que una vez fue, un minuto basta para escuchar la voz de alguien que se es querido. Las distancias se hacen cortas la experiencia humana no deja de ser cíclica.